Benedicto XVI aseguró hoy que ha renunciado al papado "en plena
libertad por el bien de la Iglesia". El Papa hizo esta afirmación al
comienzo de la audiencia pública de los miércoles, en su primera
aparición pública tras anunciar que renunciará al papado el 28 de febrero,
debido a su avanzada edad y ya le faltan las fuerzas. "Queridos
hermanos y hermanas, como saben, he decidido renunciar al ministerio que
el Señor me confió el 19 de abril 2005. Lo he hecho en plena libertad
para el bien de la Iglesia, después de haber orado largamente y tras
examinar mi conciencia delante de Dios", dijo el papa ante unos diez mil
fieles que abarrotan el Aula Pablo VI del Vaticano.
El papa Ratzinger agregó que es "consciente de la importancia del hecho, pero también consciente de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiera". "Me apoya y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, el cual nunca le hará faltar su guía y su cuidado. Gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. Continúen orando por el Papa y por la Iglesia", concluyó.
Los miles de presentes le respondieron con una gran ovación, aún
mayor que la que le dedicaron a su llegada al Aula Pablo VI para la
tradicional audiencia de los miércoles. El Pontífice entró en sala a las
10.44, mientras los fieles en pie, aplaudieron, le expresaron frases de
cariño y ondearon banderas de diferentes países. Benedicto XVI entró
sólo, acompañado a varios metros de distancia de su secretario personal y
prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein.
Sonriendo, el obispo de Roma respondió con las manos a los afectos de los presentes, mientras sonaba música religiosa. Inmediatamente después leyó el breve texto y comenzó la audiencia, cuya catequesis dedica a la Cuaresma, que comienza hoy.
El papa Ratzinger agregó que es "consciente de la importancia del hecho, pero también consciente de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiera". "Me apoya y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, el cual nunca le hará faltar su guía y su cuidado. Gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. Continúen orando por el Papa y por la Iglesia", concluyó.
Sonriendo, el obispo de Roma respondió con las manos a los afectos de los presentes, mientras sonaba música religiosa. Inmediatamente después leyó el breve texto y comenzó la audiencia, cuya catequesis dedica a la Cuaresma, que comienza hoy.